Chimeneas de leña: Ambiente mágico
La función principal de las chimeneas de leña es proporcionar calidez a una estancia, pero no
podemos dejar de lado que se trata de elementos con un fuerte componente
ornamental.
Las chimeneas de leña
otorgan una personalidad especial al lugar donde se instalan. Ya sea en una
casa de campo como en plena ciudad, estas chimeneas consiguen que cualquier
habitación logre evocar sensaciones únicas y de algún modo fortalecen nuestro
vínculo con la naturaleza.
Este hecho no ha pasado desapercibido para los decoradores
de interiores, que consideran las chimeneas
de leña como un elemento que aporta un plus de elegancia a cualquier salón.
Por eso, cuando consideramos la posibilidad de adquirir una
de estas chimeneas, no nos fijamos únicamente en el aspecto funcional. Producir calor no es su único objetivo, ya
que, incluso otros sistemas son más eficientes en esa tarea, pero el estilo decorativo
que ofrece frente a éstos no tiene comparación.
Una estancia en la que se instale una chimenea de leña
resulta a la vez cálida y acogedora, moderna y rústica. Las chimeneas de leña provocan un
conjunto de sensaciones difíciles de catalogar, y es esto, precisamente, lo que
los interioristas valoran tanto en ellas.
Cuando un diseñador de interiores propone instalar una
chimenea de leña en el salón o el dormitorio de una casa, está queriendo hacer
de aquel lugar un punto de encuentro íntimo y personal, un sitio en el que se
compartan momentos especiales, confidencias y secretos. Está pretendiendo crear
emoción y magia.
Por eso sería un gran error valorar las chimeneas de leña
desde el único punto de vista de su eficiencia. Porque una chimenea no es sólo
un elemento que proporciona calor. Las chimeneas, además, proporcionan recuerdos
imborrables que son los que hacen que consideremos una casa como nuestro hogar.